Un artículo muy interesante. El tema de los objetivos siempre ha sido un gran reto para mí. Hace unos años hice un máster en Coaching y sentí bastante rechazo con eso de fijar objetivos, el punto de partida de cualquier proceso. Me encantaría tener clarísimo lo que quiero, pero no estoy hecha así. Funciono de otra manera.
Con los años he hecho las paces con esta manera de funcionar algo más errática (?), pero sigue siendo un reto. Probaré con tu propuesta. Lo de la carta a tu hija me parece interesante. ;)
Estoy de acuerdo contigo, nos gusta pensar en un proceso lineal en el que comienzas marcándote los objetivos, luego actúas y finalmente obtienes un resultado. Esto es utópico, a menudo el proceso es circular y vas definiendo y redefiniendo los objetivos a medida que avanzas.
Personalmente, para mí es más fácil comenzar dando pasos hacia alguna dirección sin haber establecido objetivos, conseguir los primeros resultados y luego marcarme los objetivos. Si no exploro un poco no puedo saber lo que quiero.
Valoro mucho el enfoque de tus artículos: son prácticos, van al grano y en todo momento nos invitan a recapacitar sobre aquello que queremos en nuestras vidas y como tomamos (o no) acciones alineadas. Así que, gracias!
Considero que, con este artículo en concreto, has dado en el clavo: la clave está en conocer nuestros objetivos para poder planificarnos. Y sentir que esos objetivos están alineados con nuestros valores. Pero qué complicado resulta a veces discernir cuáles son nuestros objetivos reales. Yo pasé algún tiempo “escondiéndome” y enmascarando aquello que realmente quería por miedo: miedo al que dirán, miedo a no poder conseguirlo, miedo a pasar por la incomodidad de saltar al vacío...
Gracias por la reflexión Júlia. Más de una vez me ha sucedido lo mismo, el miedo a ser diferentes nos arrastra a lo socialmente aceptado. Y no estoy diciendo que éste no sea un camino válido, pero a veces tenemos que preguntarnos si es el que tiene sentido para nosotros.
Añadiendo un par de miedos a tu lista, para mí también han sido importantes el FOMO, la sensación de que si no sigues el camino establecido estás "perdiendo una oportunidad", y el síndrome del impostor. Pero contra algo tenemos que luchar ;)
Uf! totalmente, ese FOMO me suena demasiado...y aún me saca del camino a día de hoy. Me pasa que lo veo como oportunidad más que distracción o mecanismo de huía y aún me cuesta discernir cuando es una cosa o es otra...Creo que pronto vendrá un artículo sobre este tema!
Hola Alex!
Un artículo muy interesante. El tema de los objetivos siempre ha sido un gran reto para mí. Hace unos años hice un máster en Coaching y sentí bastante rechazo con eso de fijar objetivos, el punto de partida de cualquier proceso. Me encantaría tener clarísimo lo que quiero, pero no estoy hecha así. Funciono de otra manera.
Con los años he hecho las paces con esta manera de funcionar algo más errática (?), pero sigue siendo un reto. Probaré con tu propuesta. Lo de la carta a tu hija me parece interesante. ;)
Muchas gracias y hasta la próxima!
Yolanda!
Gracias por compartir tu experiencia.
Estoy de acuerdo contigo, nos gusta pensar en un proceso lineal en el que comienzas marcándote los objetivos, luego actúas y finalmente obtienes un resultado. Esto es utópico, a menudo el proceso es circular y vas definiendo y redefiniendo los objetivos a medida que avanzas.
Personalmente, para mí es más fácil comenzar dando pasos hacia alguna dirección sin haber establecido objetivos, conseguir los primeros resultados y luego marcarme los objetivos. Si no exploro un poco no puedo saber lo que quiero.
Muchas gracias!
Me ha gustado mucho todo lo que escribes!!!! Muy aclarador. Gracias!
Gracias a ti por leer :)
Valoro mucho el enfoque de tus artículos: son prácticos, van al grano y en todo momento nos invitan a recapacitar sobre aquello que queremos en nuestras vidas y como tomamos (o no) acciones alineadas. Así que, gracias!
Considero que, con este artículo en concreto, has dado en el clavo: la clave está en conocer nuestros objetivos para poder planificarnos. Y sentir que esos objetivos están alineados con nuestros valores. Pero qué complicado resulta a veces discernir cuáles son nuestros objetivos reales. Yo pasé algún tiempo “escondiéndome” y enmascarando aquello que realmente quería por miedo: miedo al que dirán, miedo a no poder conseguirlo, miedo a pasar por la incomodidad de saltar al vacío...
Te sigo leyendo ;)
Gracias por la reflexión Júlia. Más de una vez me ha sucedido lo mismo, el miedo a ser diferentes nos arrastra a lo socialmente aceptado. Y no estoy diciendo que éste no sea un camino válido, pero a veces tenemos que preguntarnos si es el que tiene sentido para nosotros.
Añadiendo un par de miedos a tu lista, para mí también han sido importantes el FOMO, la sensación de que si no sigues el camino establecido estás "perdiendo una oportunidad", y el síndrome del impostor. Pero contra algo tenemos que luchar ;)
Uf! totalmente, ese FOMO me suena demasiado...y aún me saca del camino a día de hoy. Me pasa que lo veo como oportunidad más que distracción o mecanismo de huía y aún me cuesta discernir cuando es una cosa o es otra...Creo que pronto vendrá un artículo sobre este tema!
Me encantó. Totalmente enriquecedor. Un regalo de vida ha sido esto para mi hoy. ✨🫶
Muchas gracias Lourdes! Me alegro :)
Seguiré leyendo 😇🤗