Bienvenidx a Esfuerzo Efectivo, una newsletter mensual sobre hábitos, organización, inteligencia emocional, autoconocimiento y aprendizaje continuo.
Algunos creen que solo el hábito y la perseverancia nos permiten alcanzar el cambio; que, independientemente de las ganas que tengamos hoy de esforzarnos, la pequeña mejora del día a día nos permitirá crecer a largo plazo. Otros, en cambio, esperan a encontrar la motivación antes de comenzar a estudiar una disciplina, ya que es entonces cuando sienten que más aprenden y aprovechan el tiempo.
Muchos de nosotros nos encontramos en algún punto intermedio entre las dos hipótesis: si mantenemos el hábito aseguramos que cada día aprendemos algo, pero son los periodos de motivación los que nos permiten absorber mejor el conocimiento.
La conclusión es que la mayoría del tiempo es útil esforzarnos por aprender aunque no estemos motivados, pero, cuando encontramos un pico de motivación es mucho más efectivo aprovecharlo, aunque ello suponga romper nuestra rutina.
Los tres tipos de aprendizaje
Aprendizaje por perseverancia
Cuando tenemos el hábito de aprender calendarizado (por ejemplo: cada lunes historia, martes marketing y miércoles música), no nos permitimos aprovechar los momentos de motivación. De este modo, aunque aprendamos cada día un poco, perdemos la oportunidad de absorber más conocimiento gracias al interés puntual sobre un tema.
Nota: La forma de la línea del gráfico anterior debería ser curva, ya que a medida que aumenta nuestro conocimiento aprendemos más rápido. Sin embargo, para lo que hoy nos atañe este modelo simplificado es suficiente. Si tienes interés en profundizar en cómo es esta curva y cómo funciona el aprendizaje a través de la acumulación de ganancias marginales puedes encontrar la explicación en este artículo de
Aprendizaje por motivaciones puntuales
Cuando nuestro modelo de aprendizaje está basado exclusivamente en la motivación, acabamos esperando a tenerla antes de hacer nada, dejando pasar la oportunidad de establecer un hábito para aprender un poco cada día. Además, cuando el estímulo termina, al no tener un hábito que nos ayude a mantener los conocimientos que hemos aprendido, parte del conocimiento cae en la curva del olvido.
Aprendizaje combinando hábito y motivación
Lo ideal es tener un hábito constante que nos permita aprender cada día, pero con la flexibilidad suficiente para cambiar nuestra rutina si aparece un nuevo tema que nos motiva más. Además, cuando termine la etapa de motivación seguiremos repasando el conocimiento adquirido gracias al hábito, evitando que nos olvidemos a largo plazo.
Equilibrar el tiempo invertido en cada disciplina
El problema de dejarnos llevar por los picos de motivación es que podemos encontrarnos que hemos invertido gran parte de nuestro tiempo en una temática, dejando poco tiempo para otras igualmente importantes.
La solución es que, a largo plazo, balanceemos entre las distintas materias sobre las que queremos formarnos. Imagina que quieres aprender historia, marketing y música. No importa tanto si cada día lo dedicas a un tema distinto o si inviertes un mes entero a una sola disciplina, siempre que al final de un periodo largo (por ejemplo, un año) todas ellas estén más o menos balanceadas.
Esto lo resolveremos de dos formas:
Aunque nos demos la libertad para usar los picos de motivación, monitorizaremos la inversión de tiempo en cada temática para revisar el balance de las mismas en periodos de una cierta duración (por ejemplo, trimestralmente).
Crearemos un horario predefinido en el que todas las materias estén compensadas, y que usaremos cuando no haya un especial interés por una disciplina en concreto.
Cómo juntar hábito y motivación en el aprendizaje
Hay cuatro pasos que debemos hacer para prepararnos antes de comenzar:
Piensa qué materias te interesan, qué fuentes usarás y agenda el tiempo que tienes para aprender.
Crea un horario predefinido, es decir, una calendarización que puedas seguir sin pensar demasiado si una semana no tienes un interés especial en un tema. (por ejemplo: lunes historia, martes marketing y miércoles música)
Para hacer las dos tareas anteriores te recomiendo mirar el plan de aprendizaje para la gente sin tiempo.
Cuando tengas lo anterior, escribe los temas generales en una tabla. Al final del artículo encontrarás la mía.
El funcionamiento del método es aún más sencillo que la preparación:
Si, por ejemplo, en tu plan de aprendizaje (horario predefinido) hoy te toca escuchar un podcast de marketing, deberías hacer lo siguiente:
Primero, pensar si hay algún tema por el que estás más motivado para aprender. Si lo hay, por ejemplo, si hoy quieres estudiar sobre la historia de los aztecas, busca un podcast sobre esto.
Si no hay un tema que te interese especialmente, simplemente sigue el horario predefinido, el podcast de marketing que tocaría.
Independientemente de que sigas o no el horario predefinido, ve a la tabla y marca el tema que hoy has aprendido.
Al final del mes, el trimestre o el año, puedes calcular el porcentaje del total de días invertidos en cada materia sobre el total de días que has estudiado, para tener una idea de dónde estás poniendo más y menos foco en tu aprendizaje, y decidir si lo quieres rebalancear.
Dejo un ejemplo de cómo lo hago yo:
Muy interesante! Me apunto esa tabla para hacerla mía 😊 - ¿Tienes algún truco para encontrar, provocar o anticipar picos de motivación?