Que tema más importante Álex. Yo estoy en pleno momento de cuidar a mi madre que es ya muy mayor y me las veo y me las deseo para conseguir ese punto intermedio entre intervenir y dejar independencia. Es tan complicado y causa tantas discusiones entre nosotras.
Lo más difícil para mí es ver cómo mi madre no encuentra muchas razones para vivir, se ha vuelto terriblemente cínica, pero se que debajo del cinismo hay miedo y falta de ilusión.
Quizá a estas edades hay pocas soluciones y lo que hay que hacer es aceptar y parchear. Gracias por la reflexión. ¡A ver cómo lo hacemos nosotros!.
Totalmente de acuerdo, la teoría es muy bonita pero cuando nos encontramos en estas situaciones encontrar el equilibrio óptimo es complicado. Gracias por compartir tu experiencia personal y aportar tu granito. Nos leemos!
Me ha gustado mucho tus reflexiones Alex. Algo que parece sorprender mucho a la gente es ver como personas que han pasado una enfermedad grave, como por ejemplo un cáncer, tienen al superarlo tener una mayor alegría y predisposición a disfrutar de la vida. Es justo por esa sensación de abundancia o escasez lo que dota o no de valor a nuestro tiempo.
A modo de curiosidad, esa intuición de que las cosas valen en función de lo abundante o escaso que sean se lo debemos a los pensadores de la Escuela de Salamanca, unos adelantados a su tiempo en materias como la Economía. Esas ideas no fructificaron (donde la ortodoxia de la teoría del valor residía en la creencia de que las cosas valen lo que cuesta producirlas) hasta la llegada de autores como Jevons, Walras y Menger. Gracias a Schumpeter o Rothbard, se les dio a estos pensadores españoles el lugar que les corresponde en la historia del pensamiento económico.
Gracias por aportar tu granito Ménez. Sí, ciertamente, lo ideal sería aprender a disfrutar de la vida y ser consciente de su brevedad sin tener que pasar por una enfermedad o un accidente. Pero reconozco que es difícil de conseguir. Me apunto investigar un poco más sobre los pensadores de la escuela de Salamanca. Nos leemos!
Muy bueno el texto. Yo siempre pienso que lo malo no es la muerte en sí, sino el tránsito de la vida a la muerte: su duración y las condiciones en que lo hacemos. La muerte en sí no es más que el final de la vida y es otra etapa más.
Y, por otro lado, creo que hay por ahí una frase de alguien -quizá San Agustín- según la cual si cada día dedicáramos un pensamiento a la muerte, nuestras vidas cambiarían radicalmente.
En fin, como siempre, enhorabuena por el texto y gracias por compartirlo.
Muchas gracias Joaquín. Sí, justo eso mismo pienso yo, la clave parece estar en afrontar esa etapa con la tranquilidad de sentir que has aprovechado el tiempo de la forma correcta. Nos leemos.
Que tema más importante Álex. Yo estoy en pleno momento de cuidar a mi madre que es ya muy mayor y me las veo y me las deseo para conseguir ese punto intermedio entre intervenir y dejar independencia. Es tan complicado y causa tantas discusiones entre nosotras.
Lo más difícil para mí es ver cómo mi madre no encuentra muchas razones para vivir, se ha vuelto terriblemente cínica, pero se que debajo del cinismo hay miedo y falta de ilusión.
Quizá a estas edades hay pocas soluciones y lo que hay que hacer es aceptar y parchear. Gracias por la reflexión. ¡A ver cómo lo hacemos nosotros!.
Totalmente de acuerdo, la teoría es muy bonita pero cuando nos encontramos en estas situaciones encontrar el equilibrio óptimo es complicado. Gracias por compartir tu experiencia personal y aportar tu granito. Nos leemos!
Me ha gustado mucho tus reflexiones Alex. Algo que parece sorprender mucho a la gente es ver como personas que han pasado una enfermedad grave, como por ejemplo un cáncer, tienen al superarlo tener una mayor alegría y predisposición a disfrutar de la vida. Es justo por esa sensación de abundancia o escasez lo que dota o no de valor a nuestro tiempo.
A modo de curiosidad, esa intuición de que las cosas valen en función de lo abundante o escaso que sean se lo debemos a los pensadores de la Escuela de Salamanca, unos adelantados a su tiempo en materias como la Economía. Esas ideas no fructificaron (donde la ortodoxia de la teoría del valor residía en la creencia de que las cosas valen lo que cuesta producirlas) hasta la llegada de autores como Jevons, Walras y Menger. Gracias a Schumpeter o Rothbard, se les dio a estos pensadores españoles el lugar que les corresponde en la historia del pensamiento económico.
Gracias por aportar tu granito Ménez. Sí, ciertamente, lo ideal sería aprender a disfrutar de la vida y ser consciente de su brevedad sin tener que pasar por una enfermedad o un accidente. Pero reconozco que es difícil de conseguir. Me apunto investigar un poco más sobre los pensadores de la escuela de Salamanca. Nos leemos!
Muy bueno el texto. Yo siempre pienso que lo malo no es la muerte en sí, sino el tránsito de la vida a la muerte: su duración y las condiciones en que lo hacemos. La muerte en sí no es más que el final de la vida y es otra etapa más.
Y, por otro lado, creo que hay por ahí una frase de alguien -quizá San Agustín- según la cual si cada día dedicáramos un pensamiento a la muerte, nuestras vidas cambiarían radicalmente.
En fin, como siempre, enhorabuena por el texto y gracias por compartirlo.
Muchas gracias Joaquín. Sí, justo eso mismo pienso yo, la clave parece estar en afrontar esa etapa con la tranquilidad de sentir que has aprovechado el tiempo de la forma correcta. Nos leemos.
Impresionante como siempre.
Gracias Jose!